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lunes, 27 de diciembre de 2010

PENROSE, SIENTA LAS BASES DEL FUNCIONAMIENTO DE LA BIOFÍSICA CUÁNTICA EN LA MENTE





Vivimos una única realidad con tres dimensiones, matemática, física y psíquica, unificadas en el hombre

Vivimos una única realidad con tres dimensiones: matemática, física y psíquica, señala Penrose en su último libro “El camino hacia la realidad”. Gracias al hombre surge la unidad de esos tres mundos y se sientan las bases de una biofísica cuántica de la mente, según la cual un ordenador nunca podrá tener conciencia. La conciencia artificial requiere una nueva física capaz de explicar la conciencia, que en el modelo Penrose aparece asociada a la gravedad cuántica. Aunque la propuesta de Penrose es especulativa, constituye la contribución más importante hacia una explicación psicobiofísica del psiquismo, dentro de una visión holística de lo real que supera las estrecheces del reduccionismo de décadas anteriores y nos abre a una ciencia más humanística y, desde luego, mucho más cercana al diálogo con el teísmo.

Einstein quedó fascinado por la inteligibilidad del universo. Roger Penrose, experto en la Teoría de la Relatividad, se pregunta por la capacidad humana para ser consciente de un mundo cognoscible.

La conciencia, la mente y el psiquismo han sido temas generalmente estudiados por filósofos de la mente y relegados tácitamente del estudio científico por su afinidad a lo espiritual.

Provisto de un amplio registro fenomenológico, Penrose se aventura a explicar científicamente los procesos biofísicos que producen la experiencia consciente. No es tarea fácil. Es una opción de riesgo, ejecutada en terreno especulativo, cuyo desarrollado exige elevar el pensamiento hasta la cumbre intelectual.

Durante las dos últimas décadas, Penrose ha escrito varios libros que explican su modelo físico de la conciencia. Su última publicación, El camino hacia la realidad (2005), ofrece al lector una revisión crítica, novedosa y profunda sobre los entresijos de las teorías físicas y matemáticas, que lo acercan a una mejor comprensión de la realidad.

Se trata claramente de la obra científica culmen de quien ha conseguido una especial maestría para desenvolverse en los complejos mundos de la física y la matemática. Sólo en el último capítulo, tras más de mil páginas de física-matemática, subraya la estructura de la realidad a partir de tres mundos (matemático, físico y psíquico), como ya hiciera en obras anteriores. Esta guía completa de las leyes del universo es, digamos, el aval físico-matemático que origina y fundamenta SU MODELO BIOFÍSICO DE LA CONCIENCIA.

En este artículo exponemos sintéticamente el modelo propuesto por Penrose junto a Stuart Hameroff, un conocido anestesista americano de la Universidad de Arizona (Tucson), para explicar el registro fenomenológico que experimentan los seres conscientes. El trabajo diario de Hameroff, eliminando temporalmente la conciencia de sus pacientes, supone una riquísima experiencia de campo que apoya las ideas de Penrose.

Los tres mundos de Penrose

La realidad es una sola unidad clasificable en tres mundos. Por su consistencia interna inmutable el mundo matemático ocupa una posición especial. Al mejor estilo platónico, las matemáticas habitan en un mundo del ser, eterno, armónico y perfecto. Los elementos matemáticos poseen una existencia que sólo puede ser descubierta a través de la inteligencia. Decimos, pues, que es un mundo inteligible.

Existe también un mundo físico. Es la realidad sensible y perceptible a través de las sensaciones. Las ciencias físicas estudian las propiedades de este mundo dinámico e imperfecto, que son susceptibles de comprobación experimental. Es un mundo de luz y de procesos materiales explicables mediante cuatro interacciones básicas descritas mediante elementos del mundo matemático. El fundamento ontológico del mundo físico es matemático.

Además, Penrose incluye un mundo de experiencias psíquicas, personales e intersubjetivas. Es el mundo psíquico donde acontece la conciencia. La conciencia es una propiedad psíquica de algunos seres materiales del mundo físico. Los animales superiores participan de esta dimensión psíquica de la realidad. No podemos decir lo mismo de una roca o de un átomo. Sólo una parte del mundo físico ha producido conciencia. Existe, pues, una relación entre los mundos físico y psíquico.

Por último, Penrose establece una interrelación entre el mundo psíquico y el matemático, que termina de unificar la realidad. El mundo matemático es aprehendido por un ser físico y consciente concreto. El hombre es capaz de conocer el mundo matemático. Es el único ser del mundo psíquico capaz de contemplar las verdades matemáticas. Gracias al hombre, surge la unidad de los tres mundos: una parte del matemático soporta lo físico, una parte del físico lo psíquico y una parte del psíquico contempla lo matemático. En síntesis, vivimos en una única realidad con tres dimensiones: matemática, física y psíquica.

El teorema de incompletitud de Gödel

El desarrollo de nuevas tecnologías ha condicionado nuestra visión del mundo psíquico. Los avances en robótica y computación han suscitado deseos de reproducir artificialmente la facultad inteligente del hombre; es decir, de construir una inteligencia artificial. El impulso de estos computacionalistas, que asemejan la inteligencia a los procesos ejecutados por un ordenador, ha resonado fuertemente en la sociedad. Si se encontrara el conjunto de algoritmos de la mente, resultaría un ser cuasi-consciente. En esta línea, es especialmente llamativa la película AI (Artificial Intelligence) de Spielberg, donde se visualiza un mundo futuro repleto de robots conscientes e inteligentes.

En La nueva mente del emperador (1989) Penrose dedica la mitad de su libro a demostrar la imposibilidad de construir una mente computacional. Defiende que la conciencia es el producto psíquico resultante de unos procesos físicos que no son computables. Por tanto, imposibles de ser simulados por un ordenador. La mente consciente que se abre a realidades inteligibles tiene un modus operandi esencialmente distinto a la ejecución algorítmica de un computador.

Penrose basa su argumento en el teorema de incompletitud de Gödel, que demuestra la imposibilidad de deducir formalmente el valor de verdad de un enunciado que, sin embargo, puede ser intuido. No toda verdad matemática puede ser demostrada a partir un conjunto finito de axiomas. Siempre quedan elementos matemáticos de realidad fuera más allá de la demostración formal. Entonces, ¿cómo puede el hombre ser consciente de ellos?

El hombre contacta con el mundo matemático a través de la intuición consciente. Su modo de proceder racional puede ser tanto algorítmico, siguiendo las reglas de deducción lógica a partir de un conjunto de premisas, como intuitivo al visualizar la conclusión directamente. Son varios los ejemplos que señala Penrose: la intuición matemática de Poincaré, la capacidad musical de Mozart para construir espontáneamente una sinfonía, él mismo al desconectar de su trabajo matemático para atender a una visita espontánea en su despacho.

En consecuencia, si el hombre es capaz de pensar de manera no algorítmica, un computador no puede simular integralmente la mente humana. Un ordenador que simplemente ejecute procesos programados en un software no puede actuar como la mente, pues la conciencia humana es un complemento no algorítmico que se monta sobre el pensamiento rutinario y pautado. ¿Cómo explicar, pues, la conciencia? Penrose revisa los fundamentos de la física para encontrar elementos que no sean computables y, por tanto, sirvan como discriminante entre la mente computacional y la conciencia humana.

Mecánica clásica y física cuántica

La segunda parte de La nueva mente del emperador es una revisión pormenorizada de aquellos aspectos de la física con características no computables. Su estudio de la Mecánica Clásica le lleva a subrayar los procesos caóticos que, minuciosamente, dependen de las condiciones físicas iniciales. Ahora bien, Penrose no encuentra la forma de implementar el caos en una TEORÍA DE LA CONCIENCIA.

Incluso, a pesar de ser no computables por indeterminación experimental en los momentos y velocidades, se trata de procesos determinados que no explicarían adecuadamente el libre albedrío sentido. Buen conocedor de la teoría de Einstein, encuentra una posibilidad de indeterminación física en la Relatividad, pero sin viabilidad inmediata para la conciencia. La Mecánica clásica no parece, finalmente, el marco epistemológico adecuado para describir LA FENOMENOLOGÍA DE LA CONCIENCIA.

La física cuántica abre nuevos horizontes para hallar la base física de la conciencia. A través de una clara y genial exposición acerca de los fundamentos cuánticos del mundo físico, Penrose se centra en el proceso de transición clásico-cuántico, es decir, en la medida de un sistema cuántico. No existe una teoría física canónica de la medida cuántica. Simplemente, se interpreta como una reducción cuasi-instantánea de la superposición de estados cuánticos de un sistema físico en un estado clásico concreto. Es el colapso de la función de onda en un estado clásico.

La causa de este colapso es desconocida. Sabemos que al medir se produce la transición desde el indeterminismo cuántico a la concreción clásica. Pero, el criterio físico que la determina es desconocido. Ocurre, aunque no sabemos por qué causas. Es el problema de la medida en física cuántica.

Teoría cuántica y conciencia

No parece evidente una relación entre el problema de la medida cuántica y el enigma de la conciencia. A nuestro entender, se trata de la intuición principal que Penrose desarrolla en La nueva mente del emperador. Establece una conexión entre la transición cuántico-clásica y el fundamento físico de la conciencia, a través de un proceso denominado reducción objetiva.

Son varios los físicos que, antes que Penrose, han propuesto relaciones entre procesos físicos y conciencia. Brevemente, destacamos los múltiples universos de Everett-Witt y el desperdigamiento de una conciencia original en ellos, la necesidad de un observador consciente que produzca la reducción cuántico-clásica de Wigner o el abrupto dualismo entre un mundo cuántico inerte y un mundo clásico consciente de von Neumann.

Sin embargo, es Penrose quien establece un criterio científico objetivo en el proceso de medida, que involucra a la única interacción física desligada del Modelo Estándar: la gravedad cuántica. Propone que ante un estado de superposición cuántica, el mismo espacio-tiempo permanece en un estado de indefinición cuántica hasta que se establece una diferencia de energía superior al quantum de gravedad. Entonces, se produce el colapso de los espacio-tiempo cuánticos en un espacio-tiempo clásico donde se obtiene el valor determinado tras la medida. Finalmente, el observador toma conciencia de este estado.

En definitiva la reducción cuántico-clásica es un proceso físico objetivo pautado por el criterio del gravitón, ajeno a cualquier subjetivismo que involucre la conciencia. El estado consciente es una consecuencia de este proceder físico de la materia. De algún modo, la mente debe reproducir estos mecanismos físicos para producir los estados de conciencia.

Conciencia. Australian Ejournal of Theology.
Conciencia. Australian Ejournal of Theology.
El modelo de microtúbulos de Hameroff-Penrose

Sombras de la Mente (1994) es su obra especialmente dedicada a la conciencia. Basado en ciertas hipótesis biológicas de Hameroff, Penrose implementa su propuesta de la reducción objetiva a la biofísica del cerebro. La pieza clave de este complejo entramado de física, matemáticas y biología es una estructura tubular de 25 nanómetros de diámetro y una longitud que alcanza el milímetro. Son los microtúbulos formados por un tipo de proteínas denominadas tubulinas, que presenta un doble estado conformacional según la disposición de sus electrones.

Cada conformación de la tubulina se corresponde con un estado cuántico. Así, por lo general, una tubulina permanece en una superposición cuántica de dos estados. Se forma, pues, un bit cuántico o qubit. En conjunto cada microtúbulo es una estructura conexa de múltiples qubits, capaces de procesar cuánticamente la información.

Los microtúbulos se asocian en estructuras más complejas denominadas centriolos, formadas por un conjunto de nueve tripletes microtubulares con forma cilíndrica. A su vez, los centriolos se agrupan por pares en estructuras de cruz. Los centriolos desempeñan un papel fundamental en los procesos de división celular, así como en la coordinación de otros procesos celulares como el movimiento de la propia célula por medio de la acción de cilios y flagelos. Estos son especialmente importantes en seres unicelulares pues, simultáneamente, contactan sensitivamente con el medio y coordinan el citoesqueleto para sobrevivir en él.

El modelo Penrose-Hameroff supone que la información física del medio queda registrada cuánticamente en las tubulinas. El entrelazamiento cuántico entre las tubulinas del microtúbulo permite la formación de estados macroscópicos de coherencia cuántica. Al procesar la información cada microtúbulo incrementa su nivel de coherencia, suficientemente protegido de las perturbaciones del entorno, hasta que media la transición cuántico-clásica descrita por el proceso de reducción objetiva.

A diferencia de otros sistemas cuánticos, la concreción del estado clásico está regulada por un agente proteico asociado a los microtúbulos llamado MAP. Las MAP permanecen inocuas durante el procesado de la información. Una vez se alcanza un elevado nivel de coherencia en el microtúbulo, el desplazamiento de las MAP provoca un incremento de energía superior quantum de gravedad, que causa la reducción objetiva. Al tratarse de una reducción mediada por agentes internos, Penrose y Hameroff lo denominan proceso de reducción objetivo y orquestado por las MAP.

Tras el proceso de reducción objetiva y orquestada los microtúbulos alcanzan un estado de concreción clásica. En esta fase clásica intermedia, entre la reducción cuántico-clásica y el nuevo incremento de coherencia cuántica, se forma un estado consciente. A intervalos de medio segundo se culmina un nuevo ciclo: formación del estado macroscópico de coherencia cuántica, reducción objetiva-orquestada y concreción de un estado clásico de conciencia.

Hacia una nueva física

El modelo Penrose-Hameroff es una propuesta especulativa sobre el funcionamiento básico de la conciencia. No hay comprobación experimental alguna y, en este sentido, no es científico; pero si tenemos en cuenta que la ciencia también es proposición de teorías que puedan ser sometidas a prueba en el futuro, en este sentido, sí sería científico. Ahora bien, se trata de un modelo que permite explicar mejor el conjunto de rasgos fenomenológicos de la conciencia. La intuición matemática, por ejemplo, equivaldría a un estado más intenso de coherencia cuántica en los microtúbulos.

Penrose es muy consciente de las limitaciones de su modelo. No es ningún ilusionista embaucador. Es un científico de primera línea capaz de aventurarse en marcar propedéuticamente el proceder futuro de las ciencias físicas. Penrose va más allá de la física canónica porque la física actual no es capaz de explicar el fenómeno psico-biofísico de la experiencia consciente. Su propuesta explicativa es un modelo heurístico que anticipa una teoría mejor.

Esta nueva física capaz de explicar la conciencia ha de estar estrechamente relacionada con el problema de fondo de la física moderna: la incompatibilidad entre la teoría gravitatoria de Einstein y la física cuántica. En este sentido, Penrose augura una teoría completa de la gravedad que integre la hipotética gravedad cuántica en el conjunto de las demás interacciones físicas. Los avances en esta teoría supondrán valiosísimas aportaciones para la construcción de una teoría general de la conciencia. Según Penrose, no hay gravedad cuántica sin conciencia cuántica y viceversa; ello apuntaría a una nueva teoría psico-biofísica.

Esta teoría general compete a cosmólogos, físicos y neurocientíficos. Su construcción exige conocer las propiedades geométricas del Big Bang, coherentes con los datos experimentales que parecen confirmar la hipótesis de un estado físico primigenio ordenado que evoluciona hacia nuevos estados de mayor entropía. De igual modo, como ya hemos anticipado, la teoría completa de la gravedad requiere explicar científicamente el proceso de reducción objetiva en coherencia con la Segunda Ley de la Termodinámica. Por último, dicha teoría no será completa si no ofrece una explicación física del psiquismo consciente. Necesariamente ha de explicar el funcionamiento físico de la conciencia.

A diferencia de la mayoría de físicos que buscan una teoría de la gravedad a partir de la cuantización, más o menos canónica, de la Relatividad General de Einstein, Penrose pondera la Relatividad sobre la Cuántica. Su idea se basa en modificar la estructura básica del espacio-tiempo. En vez de interpretarla como el conjunto del espacio cuadridimensional de Minkowski, Penrose la define a partir de haces de luz asociados a un espacio de Penrose o de twistores. La teoría de twistores, desarrollada junto a Rindler en los dos volúmenes de Spinors and Space-Time, habilita un espacio-tiempo no-local que explicaría mejor los fenómenos cuánticos de no-localidad tipo Aspect. Dichos fenómenos pueden desempeñar una función holística, de coherencia cuántica generalizada, entre los microtúbulos del cerebro.

¿Se puede construir una conciencia artificial?

Supuestos los mecanismos físico-cuánticos que operan en la mente, resulta natural preguntarse por la posibilidad de construir en el laboratorio un ente consciente. Ante esta pregunta Penrose responde que de ser posible, tal objeto artificial consciente no sería un ordenador.

Penrose no cierra definitivamente la posibilidad de la tentativa. Sin embargo, sensatamente, advierte que antes de poder simular o incluso crear una conciencia artificial, es necesario conocer CÓMO FUNCIONA LA CONCIENCIA. Es imprescindible haber descubierto los procesos funcionales psicobiofísicos que producen la conciencia.

Por ello, consecuentemente, Penrose prioriza la investigación fundamental ante el hipotético desarrollo tecnológico que produjera conciencia. Antes de una ingeniería de la mente, se requiere una biofísica del psiquismo. Puesto que la física actual no parece capaz de explicar el fenómeno de la conciencia, se requiere investigar una nueva física.

Sería la teoría completa de la gravedad la que, explicando la fenomenología de los seres vivos conscientes, marcaría las pautas científicas a los ingenieros cuánticos para construir una conciencia artificial. De conseguirse, Penrose advierte de la responsabilidad ética para con este supuesto ser artificial consciente. No sería un mero robot computacional; hablamos de una conciencia artificial.

¿Es integralmente explicable la conciencia desde la física?

Para concluir nos preguntamos si la nueva física de Penrose alcanzará el estatus de la teoría definitiva de la conciencia. En la línea popperiana, que acentúa el carácter abierto de la ciencia, y conscientes del error de cuantos creyeron haber topado con una teoría final, consideramos que no es probable.

La teoría completa de la gravedad de Penrose será capaz de explicar la conciencia de forma limitada. Seguramente, la teoría que Penrose anticipa, u otra pensada por otro científico, logre explicar mejor los procesos biofísicos de la mente que producen conciencia. Hoy en día los desconocemos. En el futuro los conoceremos mejor.

Conocer LA MENTE BIOFÍSICAMENTE abrirá nuevas puertas a la investigación en INGENIERA CUÁNTICA DE LA CONCIENCIA. Sabremos con mejor aproximación lo que queremos reproducir artificialmente. Toda esta ciencia permitirá, sin duda, mejorar la salud psíquica de los pacientes. Ahora bien, no consideramos probable conquistar un conocimiento científico íntegro de la conciencia. Siempre quedarán elementos psíquicos de realidad más allá de la demostración científica formal. El futuro lo dirá. Pero, en todo caso, las especulaciones teóricas de Penrose son hoy probablemente la contribución más importante hacia una explicación psicobiofísica del psiquismo, dentro de una visión holística de lo real que supera las estrecheces del reduccionismo de décadas anteriores y nos abre a una ciencia más humanística y, desde luego, mucho más cercana al diálogo con el teísmo.

Manuel Béjar es investigador en la Cátedra CTR. Licenciado en física por la Autónoma de Madrid, en la actualidad prepara una Tesis Doctoral sobre la conexión de las físicas de David Bohm y Roger Penrose en relación al problema de la conciencia.

lunes, 20 de diciembre de 2010

LENGUAJE CORPORAL CAUSA Y EFECTO




Es bien sabido que NUESTRO LENGUAJE NO VERBAL da evidencias, conscientes y subconscientes, sobre nuestros estados anímicos en todo momento. No en vano, sólo el 10% de nuestra comunicación con los demás se ciñe a las palabras propiamente dichas; otro 20% se basa en el volumen, el tono y la forma de decir dichas palabras; y el otro 70% del mensaje se da con nuestro cuerpo, con nuestras posturas y gestos, y por desgracia no aprendemos como interpretar ese Lenguaje.

Nuestro Cuerpo recto o encorvado, la posición de nuestras manos o de nuestras piernas, nuestro tono de voz, y otro muchos aspectos de nuestro Lenguaje Corporal, hace saber a los demás si estamos abiertos hacia ellos, alegres, tristes, enfadados. Parece por tanto claro que nuestro Lenguaje Corporal es un efecto de un estado anímico. Si A, entonces B. Si no me interesa lo que me cuentan, entonces me cruzo de brazos. Si estoy dando una clase y mi audiencia no me motiva, utilizo un tono de voz invariable y monótono.

Pero, aunque esto es cierto, ¿qué ocurriría si hiciéramos el experimento de probar si la relación contraria también se da? ¿Creéis que si provoco B, entonces se producirá A también? ¿Qué ocurrirá si como asistente a una conferencia de un tema que me interesa me reclino en la silla y me cruzo de brazos? ¿Qué sucederá si tengo que dar una clase y me esfuerzo para llevarla a un ritmo constante y sin variaciones en mi voz?

Efectivamente, nuestro cerebro está programado para asociar unas sensaciones o sentimientos con una postura, unos gestos, una tonalidad de voz, etc. Y esa relación es bi-direccional! ¿Habéis comprobado alguna vez qué ocurre si a un niño que está llorando le ponéis vuestra mano bajo su barbilla y le empujáis la cabeza hacia arriba para que dirija su mirada en esa dirección? ¡Deja de llorar! El llanto suele estar asociado a un sentimiento de tristeza, y el hecho de llorar genera en cierta medida una vergüenza, y se trata de ocultar dirigiendo la mirada hacia abajo. Sin embargo, cuando el sentimiento es una seguridad en nosotros mismos (nada más alejado de la vergüenza), solemos mirar alto.

Por tanto, lo que yo le propongo a la gente, como Coach, es que primero identifiquen sus emociones o sus sentimientos. Y, una vez identificados, cuando desee que éstos cambien, el hacerlo está en sus manos. Por supuesto, hay muchas opciones viables para lograr dicho cambio, pero el utilizar el Lenguaje corporal nos puede apoyar en ese cambio: utilicemos la relación bidireccional entre emoción y Lenguaje Corporal a nuestro favor.

Si nos sentimos tristes y queremos cambiarlo, forcémonos a levantar la cabeza, a elevar el tono de voz, a sentarnos rectos en la silla,¡O incluso a cantar! Solemos cantar cuando nos sentimos alegres, y el cerebro asocia dicha actividad con un estado anímico alegre. Normalmente, cuando nos invade un sentimiento de tristeza no nos apetece cantar: y por ellos digo FORCÉMONOS.

Si nos sentimos inseguros y queremos cambiarlo, tomemos una postura “ensanchada”, pongamos un tono de voz algo más grave, ayudémonos con las manos para generar seguridad.


Al principio nos encontraremos perdidos: NUESTRO CEREBRO SE ENFRENTA A UN CAMINO NEURONAL NUEVO (estamos saliendo de nuestra zona cómoda): ¿un sentimiento y una actividad contrapuestos? ¿Cómo puede ser eso?

¿Y qué podemos perder? ¿Qué es lo peor que puede pasar si lo hacemos? ¿Y qué es lo mejor que puede pasar? Un Lenguaje Corporal positivo general emociones y acontecimientos positivos.
 

lunes, 13 de diciembre de 2010

LA FISICA DE LA MENTE


 
 “Cualquier camino es tan solo un camino y no es ninguna ofensa, ni para uno mismo ni para los demás abandonarlo si así lo dicta tú corazón. Mira y observa el camino de cerca y deliberadamente, hazlo cuantas veces creas necesario, después pregúntate a ti mismo lo siguiente: tiene este camino corazón, si lo tiene el camino es bueno, si no lo tiene, entonces no sirve para nada”.

                                                                  Don Juan a Carlos Castañeda

Desde pequeños en la escuela nos educaban en las materias llamadas Física y Química, recuerdo que para algunos resultaban muy aburridas, otros vivían con el miedo constante al examen y la mayoría no entendía nada o casi nada.  Al mismo tiempo, los sábados por la tarde, nuestras madres nos enviaban al templo cristiano, en mi caso al católico,  así, por un lado en la escuela, nos enterábamos que todo se movía por una serie de fenómenos a veces casuales y por el otro, en el templo, que todo dependía de un principio divino como causa.

Ambos caminos se  atribuían  la misma creación y  la unidad del Universo,  ya fuera por haberse creado en el primer día por un Dios inteligente que prevalecía y dirigía al mundo a su antojo, o  simplemente, como una consecuencia del desarrollo y la transformación de la energía en material cósmico.

Pasados más de 4 siglos la separación entre lo místico cristiano y lo científico, continua a debate en el mundo occidental, pero ahora con el inició  del siglo XXI, valdría la pena reconsiderar algunos de esos pensamientos con los que atosigaron nuestra niñez.

El gran Albert Einstein propuso que el Universo siempre había sido igual, de alguna manera se reconstituía y por eso no hubo principio ni tendrá fin, para demostrarlo pasó años armando su modelo basado en la conservación de la energía, varias veces anunció haber hallado la respuesta, pero algo fallaba y de nuevo debía comenzar.

Georges Lamaitre, quien además de astrofísico era un sacerdote jesuita, había estudiado las ecuaciones de Einstein para llegar a concluir como todo eso debía tener un principio, una creación; esto desde luego sonaba como una bofetada para los grandes científicos, ¿cómo era posible eso era regresar al superado concepto de aquel Dios creador?

En 1931 propuso como todo se había iniciado desde un huevo cósmico al que nombró Hylam y por tanto el Universo no sería estacionario como pensaba Einstein y otros grandes como Fred Hoyle.  Por el contrario, además de tener un origen se estaba expandiendo,  esto origino la burla de los cosmólogos que proponían el modelo estacionario del Universo y de esa sorna el doctor Hoyle le apodo a la teoría del padre Lamaitre, el Big Bang.

Si Dios creó al Universo – decían algunos - ¿entonces quien creó Dios?, por esos años en el gran telescopio de Monte Wilson,  los descubrimientos de Edwin Hubble insinuaban como en efecto el Universo se estaba expandiendo a gran velocidad y por tanto debió existir un principio.

A través de los novedosos radiotelescopios, se detecto un ruido de fondo lejano que parecía demostrar ese momento inicial, le llamaron la Radiación de Fondo y al comprobarse resultaba  que el párroco tenía la razón. Por esta vez ciencia y  religión tocaban el mismo puerto, algo que parecía imposible, el padre Lamaitre murió poco después de comprobarse  su teoría como la correcta, hoy se calcula  que la creación de nuestro universo tuvo lugar hará unos 13 700 millones de años.

Poco después, connotados científicos como Julius Oppenhaimer opinaban: “Las nociones sobre el entendimiento humano que se encuentran en la física atómica no están en la naturaleza de las cosas desconocidas, no son nuevas, tienen su historia en el pensamiento budista e hindú,  donde ocupan un lugar central.  Lo que nosotros encontramos en la física atómica y subatómica son un refinamiento de esa vieja sabiduría”.

Por esos mismos años, Werner Heissenberg, amigo y rival de Einstein,  propuso la Teoría de la Incertidumbre, este principio afirmaba como “resultaba imposible medir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula”.

Tal propuesta como la del padre Lamaitre sacudía los pensamientos de la época y provocaron también la desaprobación pública de Einstein. Con tales descubrimientos Heissenbreg pensaba además que la Física teórica se dirigía hacia la filosofía mística del lejano Oriente, para así poder entender  la sustancia filosófica de la teoría cuántica.

“La teoría cuántica y la relatividad – decía - nos obligan a ver el mundo de una manera más hindú, taoísta y budista,  esta similitud resulta aun más fuerte cuando se trata de combinar las  teorías para describir los fenómenos del mundo sub microscópico”.

“Los cambios producidos en la física moderna – explicaba Fritjof  Capra – han sido ampliamente discutidos por los científicos y filósofos en últimos tiempos, y todo conduce hacia una misma dirección, hacia una visión del mundo similar a la sostenida por el misticismo oriental”.

Al respecto Niels Borh comentaba: “existe un gran paralelismo entre la teoría atómica y las conclusiones propuestas por Buda y Lao Tse, ambas tratando de armonizar nuestra posición como espectadores y actores para resolver lo profundo de nuestra existencia”.

Ya el Bhagavadguita, escrito hará más de cinco mil años, Krishna enunciaba entre muchas otras afirmaciones que el Universo se había creado a partir de un huevo cósmico, explicándolo a través de la expiración de Brahma cuando se expande y su inhalación cuando se contrae para de nuevo comenzar, una lección cosmológica que bien pudo haberse planteado hoy.

Hagamos un nuevo paréntesis para recordar que el nacimiento de nuestra filosofía moderna, comenzó desde las discusiones surgidas  en Europa poco antes a la revolución francesa.

Durante nuestra juventud la disyuntiva consistía en aceptar el nuevo enfoque filosófico material o el viejo espiritual, esto nos llevaba al extremo de decidir entre espíritu y materia.  Que fue primero ¿la idea o la materia?,  dividiendo las corrientes entre idealistas y materialistas.

El materialismo dialéctico sería la expresión más acabada de un modelo que  debía moverse por las fuerzas sociales, estas al entrar en contradicción fueron la verdadera causa de la evolución del hombre, desde un mítico comunismo primitivo, el feudalismo, el capitalismo, hasta llegar a un estado ideal futuro que sería la dictadura del proletariado.   

Al mismo tiempo, el descubrimiento de las 4 fuerzas llevó al mundo científico a segmentar aun más al Universo, pero por estos caminos sin corazón – diría Don Juan – difícilmente se podría lograr la unicidad, por más y más teorías que se generaban en los grandes círculos de la ciencia, su explicación resultaba sólo mecánica, material y aislada.

En el mismo Bhagavadguita se menciona que el uno es parte del todo y no puede separarse, hacerlo resulta solo una ilusión, el universo está en constante actividad, es un Todo y no podemos sustraer cosas aisladas de él, se engaña quien aparta los objetos y se deleita mentalmente con ellos. 

Las cuatro fuerzas descubiertas fueron la gravedad, atómica, electromagnética y subatómica, Einstein murió buscando una quinta que las unificaba todas, llamándole  a su teoría el Campo Unificado, algo así como el Santo Grial para los científicos de aquel tiempo.

 Isaac Newton,  padre de la física moderna,  fue el creador de la primera teoría de la gravedad,  cuentan la descubrió al analizar la caída de una manzana y concluyó en proponer que la gravedad era el efecto de la atracción entre las masas, siendo inversa y proporcional a su fuerza, también propuso que la distancia entre los grandes objetos como el sol y los planetas se definía esta atracción.

Unos siglos después Einstein dijo: “Que me perdone Newton, porque mi Teoría de la Relatividad demuestra que la gravedad se debe en realidad a la curvatura del Tiempo y el Espacio”.

La masa del gran objeto curva el tiempo y el espacio como si este fuera una fina red y permite que los otros con menos masa se queden atrapados en esa curvatura. Los soles están atrapados en la curvatura tiempo espacio de la galaxia, los planetas están atrapados en la curvatura que produce el sol, las lunas en la que producen los planetas y nosotros en el tiempo espacio de la Tierra.

Consideremos el concepto de tiempo en el budismo, explica el Dalai Lama, el futuro no ha llegado y el pasado quedó atrás, pero al hablar del presente, al terminar de decir la palabra ahora, esta ya pertenece al pasado, esto podría llevarnos a concluir que el presente tampoco existe, para negar no solo su concepto mundano, sino también nuestra propia experiencia.

¿En qué situación nos coloca entonces esta observación?, desde luego, dice el Dalai Lama, que la respuesta más satisfactoria sería asegurar que el presente existe, pero es totalmente dependiente del pasado y el futuro. Esto a la vez nos lleva a concluir que todo cuanto percibimos y experimentamos surge como resultado de una serie indefinida de causas y efectos relacionados entres si y toda nuestra perspectiva se transforma. 

Comenzaremos a entender, por ejemplo, que todo el universo es un organismo vivo en el que cada partícula funciona dentro de una cooperación con las demás y así se mantiene el conjunto; si una de esas partículas perdiera el equilibrio, las demás también.

Einstein llegó a la conclusión que todo ese universo era armónico, por tanto un fenómeno aquí sería igual al del lugar más lejano  y por tanto predecible, la velocidad de la luz viajaba como partículas y ondas a la vez y así sería como una constante para cualquier parte del Universo, siempre desplazándose a 300 mil km. / seg.

La energía  de un objeto en cualquier parte, podría entonces encontrarse en el producto de su masa por esa velocidad de la luz al cuadrado, la famosa ecuación de Einstein.  

Werner Heissenberg propuso que no necesariamente todo era armónico e inexorable, por el contrario, estaba sujeto a la incertidumbre, podría afectarse con un desequilibrio,  siempre habría una posibilidad de ser distinto lo esperado y esto se comprobó en el laboratorio al bombardear los electrones, porque saltaban hacia un lugar incierto a lo que se esperaba.

Se podía pasar de 1 a 2 sin intermedio, de un lugar a otro sin escalas, de un estado a otro sin previo aviso y a esto se le llamó “el salto cuántico”. Aplicado al pensamiento normal diríamos que no necesariamente las cosas se dan de manera inexorable, siempre hay una oportunidad y una posibilidad de cambiarlos de manera radical.

Además, quantum y gravedad no estaban aislados, eran finalmente producto de causas y efectos relacionados entre sí, aun cuando uno se explicará lo minúsculo y en la otra lo gigante. Para unirlas se mencionaron unas pequeñas ondas - partículas llamadas gravitones, pero esa es todavía la piedra filosofal en la alquimia de nuestros científicos.

El quantum puede definirse como una pequeñísima cantidad de energía,  Max Planck fue el descubridor del quantum y le llamó así por ser la menor cantidad (cuanto) de energía que se transmite en una longitud de onda.

Los quarks son unas partículas que se cree son los componentes básicos del protón, el neutrón y el pion, todos como parte del núcleo de un átomo, llamado así porque los antiguos griegos pensaban era indivisible, que ya no podía desmembrase y sería por tanto la partícula más pequeña.

Además, cada tipo de quark tiene su antipartícula correspondiente y hay tres clases o colores diferentes dentro de cada quark o antiquark. Los quarks pueden ser rojos, azules o verdes, mientras que los antiquarks pueden ser antirrojos, antiazules o antiverdes. Es conveniente destacar que esos nombres no significan los colores que nosotros conocemos, son más bien una denominación.

Entonces un electrón tenía su positrón, el neutrón su antineutrón, un protón su antiprotón, por tanto la materia generaba  antimateria, al principio se pensaba que se aniquilaban, pero en ciertos estados esto pertenecía al principio de incertidumbre,  Richard Feynman descubrió que las partículas podían además viajar adelante y atrás en el tiempo.

Tal descubrimiento nos pueden llevar a especular si la manzana de Newton no cayó, voló y no necesariamente llegará siempre al mismo lugar calculado. Los experimentos actuales demuestran como el fenómeno no siempre se da como se esperaba, por ejemplo, las naves que van saliendo del sistema planetario han acelerado y superado su velocidad en mucho a lo que habían calculado, además los objetos cuando “caen” a la Tierra no necesariamente chocan donde se había previsto, puede variar el lugar donde se estrellan..

sábado, 4 de diciembre de 2010

MEMORIA HUMANA


El gestor de la memoria, la inteligencia, utiliza abundantes métodos y procesos para clasificar, organizar y racionalizar la información contenida en la memoria. A continuación vamos a exponer algunos de ellos, de los muchos que deben de existir:

a) Memoria automática y memoria dirigida

Hasta ahora hemos hablado de los mecanismos automáticos del funcionamiento de la memoria, indudablemente, se puede influir en qué información se graba y en cuál no.

No supone ninguna novedad el hecho de que cuanto más se estudia un tema, más se retiene. Aunque el funcionamiento del trasvase de la memoria a corto plazo a la de medio plazo es inconsciente, el cerebro detecta el interés en función del número de veces que se ha trabajado con un tema.

Un salto importante es cuando se ha trabajado con un tema en días diferentes, intentando memorizar cierta información, pues el gestor de la memoria encuentra referencias al tema en las capas más superficiales de la memoria a medio plazo, por ello automáticamente existirá una tendencia a grabarse más fijamente o, lo que es lo mismo, en las siguientes capas de la memoria a medio plazo.

Otro salto, se producirá cuando el gestor de la memoria requiere la información grabada y el cerebro se percata de las limitaciones de la información, entendiendo que sería conveniente una mejor disponibilidad de la información, tendiendo, por tanto, a mejorarla en la memoria a medio plazo. Además el cerebro empezará a fijarla en el sistema multidimensional, creando las referencias que necesite.

Una ayuda importante para esta memoria a medio plazo, cuando se trata de pasar un examen, puede ser facilitar algunas referencias artificiales para su mejor retención. En particular, me refiero a determinadas reglas nemotécnicas.

Ejemplos útiles de reglas nemotécnicas pueden ser el marcar las fechas, cifras, porcentajes e información similar de carácter muy matemático con un color especial, autores con otro, definiciones con otro, etc., ¡pero sin abusar en el número de colores u otras reglas nemotécnicas!

En cualquier caso, las reglas nemotécnicas no hay que forzarlas nunca, si funcionan bien y si no, deberían ser neutras y no perjudicar la memoria. Un ejemplo concreto puede ser la línea dibujada encima de la fecha 25.7.52, debería ayudar a retener dicha fecha pero no debe ser condición necesaria para acordarse de la citada fecha.
 
REGLAS NEMOTÉCNICAS


 Sin embargo, en ocasiones, a pesar de nuestro esfuerzo y saber que tenemos capacidad suficiente, parece que la memoria no responde, que se niega a trabajar. Los motivos de problemas con la memoria más común podrían ser:
  
      No dormir suficiente.

      Excesivo consumo de alcohol y, en menor medida, de tabaco.

      Falta real de interés.
   
 El estudio se realiza con muchas tensiones, lo que limita notablemente la capacidad utilizada por el gestor de la memoria tanto cuando se está despierto como dormido.

La información no se va a utilizar en el futuro o no como se pretende memorizar. Un ejemplo típico sería el aprendizaje de idiomas que no se van utilizar o el intento de aprenderlos en modo de memoria matemática cuando éstos se desarrollan en modo de memoria lingüística.

Las tensiones de los párrafos anteriores no se deben confundir con la situación de los estudiantes cuando tienen varios exámenes muy juntos o un examen de una materia muy extensa.

Antes del examen, se encuentran muy nerviosos, excesivamente nerviosos; además les parece que no saben nada. Estos nervios son causados por la memoria a corto plazo que se encuentra sobrecargada para su estado normal, se le está exigiendo un enorme esfuerzo y, seguramente, la tensión nerviosa es la única forma de llevar a cabo su función en estas circunstancias. Otro efecto que acentúa los nervios es que no se puede dejar de pensar en la materia objeto de examen, junto a la sensación mencionada de no saber nada.

Sin embargo, una vez conocidas las preguntas los nervios desaparecen, multitud de conceptos desaparecen de la mente y ésta se empieza a llenar de datos relacionados con las preguntas y cuanto más pensamos en algunos de ellos más datos siguen apareciendo; siempre y cuando realmente se sepa la materia, en otro caso...

 Puntos rojos - Kandinsky
(Imagen de dominio público)

La memoria humana

Conviene señalar la conexión existente entre los motivos citados anteriormente de un posible malfuncionamiento de la memoria con los motivos que pueden provocar disfunciones en el sistema de toma de decisiones, que comentamos en un título independiente de este libro.

Esta coincidencia se puede explicar pensando el efecto que puede tener sobre la memoria si, cada vez que estudiamos o pensamos sobre un tema, lo intentamos archivar, consciente o inconscientemente, en un conjunto de referencias distinto.
4.b) Estructuras o paquetes lógicos preestablecidos 

En el estudio del desarrollo de respuestas rápidas de la inteligencia, hemos dicho que la potencia del cerebro se incrementa notablemente con su automatización. Una de sus causas era que la información de entrada se coloca directamente en los campos preparados de los subprogramas o funciones y una vez recibidos todos los datos, se disparaba automáticamente la operación concreta.

En definitiva ese desarrollo implica el de unas estructuras o campos preestablecidos para el tratamiento de la información. En el sistema de información global, estas mismas estructuras se utilizarán, en su caso, para el almacenamiento o archivo de la información.

El desarrollo y perfeccionamiento de estas estructuras del sistema de información del cerebro también puede tener carácter dirigido, colaborando el individuo de forma activa en la eficacia del proceso.

Los programas de ordenadores utilizan continuamente esta técnica organizando la información en conjuntos de campos personalizados, que en última instancia, son matrices de datos.

c) Memorizar sólo lo contrario a la lógica 

Uno de los métodos más eficaces del sistema de información del cerebro es consecuencia de la regla de no memorizar aquello que se puede deducir fácilmente por aplicación de la lógica. Pero en este caso, la lógica se ha entender como una lógica particular y de carácter personal asociada al suceso o dato que se pretende saber que se sabe.

Efectivamente, el truco consiste, no en saber, sino en saber que se sabe, que no es lo mismo.

Espero explicarme mejor con un sencillo ejemplo, que me permitirá contestar a una pregunta sin tener ninguna información en la memoria con la única excepción de si sé que lo sé o no. ¡Siempre la misma referencia en el sistema de información de la memoria a largo plazo! ¡Y una referencia muy simple!
 
      Pregunta: ¿Quién tiene el pelo más largo, Susana o Julio?

      Supuesto 1: No tengo asociada ninguna referencia en la memoria.

      Respuesta: No lo sé, me puedo imaginar que... pero no lo sé.

      Supuesto 2: Sé que lo sé porque, de alguna manera, esta pregunta, ¡No la respuesta! Tiene asociada la referenciala citada en mi memoria a medio plazo.
               
       Respuesta: Susana. (Lo cual se supone cierto).

El proceso seguido por mi mente ha sido el siguiente, como sé que lo sé porque de este extremo me informa la memoria, busco la lógica particular que hubiese aplicado para archivar esta información.

En este caso sería: "En condiciones normales una mujer tiene el pelo más largo que un hombre". Luego la respuesta es Susana.

Las ventajas de este método son por un lado, que la referencia es muy simple y ya existe en la memoria a medio plazo, lo único que es necesario hacer es activarla para un caso concreto. Y por otro, que en la mayoría de los casos, por aplicar la lógica particular de los casos más comunes, no hará falta ni siquiera cambiar de signo la referencia, que sería lo que hiciésemos en caso de que Julio tuviese el pelo más largo.

Una implicación más de este método, si sabemos que lo sabemos y no nos acordamos qué signo tiene la referencia, por defecto asumiremos que es el signo normal de la lógica particular. ¡No es necesario acordarse de lo normal!

Si fuese necesario recordar las diferentes posibilidades, se trataría del tipo de memoria matemática y éste requiere más trabajo o recursos del cerebro. Este método admite variantes pero está especialmente indicado para ser utilizado en modo intuitivo del gestor de la memoria.

sábado, 20 de noviembre de 2010

MENTE



 La mente humana y el éxito

De modo simplificado y didáctico representamos a la mente total como un iceberg, en que la parte superior al nivel del mar representa a la mente conciente y es el 5% de todo. Es la mente que piensa y siente las cosas “quiero hacer así”, “qué lindo”, “esto me gusta”.

La mente conciente es la parte que razona, saca conclusiones, es activa y funciona como si fuese un vigilante delante de la puerta que se llama subconsciente, responsable por el 95% del todo. Esta parte, al contrario de la mente conciente, es pasiva y funciona como una grabadora, registrando las impresiones y sugestiones, sean ellas buenas y malas.

Querido lector, en el caso de personas adultas en estado conciente, las sugestiones por ejemplo de las palabras “Usted es Hijo de Dios” son asimiladas por el subconsciente, solamente a través de repetición continua de esas palabras. En el caso de los niños, las sugestiones recibidas por la mente conciente son absorbidas por la mente subconsciente con facilidad, porque tienen una mente dócil.

La mente conciente se encuentra en la vanguardia del mundo psicológico, patrullando en el frente, observando, imaginando, analizando, decidiendo, repudiando y recibiendo. Las impresiones recibidas y las conclusiones afirmadas por el conciente son acumuladas en las capas profundas del subconsciente. Esta las utiliza, silenciosamente, en diversas actividades, inclusive en las actividades fisiológicas del cuerpo humano.

Amigo lector, si usamos correctamente nuestra mente, para reconocer el diseño original de nuestra naturaleza verdadera, de nuestro yo verdadero; entonces, con sabiduría grabaremos en nuestro subconsciente, sólo pensamientos de prosperidad y éxito. Es lo que caracteriza a nuestra esencia.



La mente humana y la felicidad

Los conocimientos modernos del psicoanálisis, nos permiten conocer la estructura básica de la mente del ser humano. Cuando pensamos en esta estructura, lo primero que percibimos es la existencia de la mente conciente (consciencia) y de la mente no conciente (inconsciencia o subconciencia).

La mente no conciente, en un sentido amplio es llamada también mente subconsciente, y su contenido es muy grande.

Amigo lector, si sentimos sed o hambre, evidentemente se trata del trabajo de la mente conciente. Sin embargo, cuando tenemos prisa por llegar a algún lugar, nos apuramos o corremos inconcientemente. La mente no piensa en correr, pero los pies proceden a correr inconcientemente.

Cuando el pianista se acuerda de una melodía, sus dedos automáticamente recorren el teclado y produce el bello sonido de esa melodía. Él no piensa concientemente en tocar esta o aquella tecla, mas, como resultado de largos años de práctica, sus dedos lo hacen inconcientemente. Es claro que no fue así desde el inicio. En el comienzo, él se esforzó concientemente, ejercitando cada dedo para tocar esta o aquella tecla. A medida que se acumularon los años de entrenamiento, esos movimientos quedaron grabados en la mente inconciente, de tal manera que los dedos ya se movieran automáticamente.

Querido lector, esto nos hace pensar que entre la conciencia y la subconciencia, prácticamente no existe interrupción, sino una sucesión, una continuidad. Sin que se perciba, la actividad conciente es grabada en la subconciencia, y el contenido subconsciente puede emerger como conciente.

Entonces, si reconocemos y activamos nuestra esencia espiritual o yo verdadero con la mente que es un instrumento maravilloso, infaliblemente podremos desarrollar nuestra felicidad desde el primer momento.

Cambiar hábitos y costumbres para lograr felicidad

¿De qué manera se adquieren los hábitos y costumbres? ¿Será que los hábitos y costumbres se heredan? ¿Tenemos poder para cambiar los hábitos y costumbres? ¿Cómo influyen los hábitos y costumbres en nuestra felicidad?

Según los estudios recientes sobre el comportamiento humano y ciencia mental, y en base a nuestra experiencia, los hábitos y costumbres son una forma de vida, una determinada forma de pensar, una manera de ver las cosas, una forma de hacer las cosas y por último, es una forma de educar. Por ejemplo, si piensas que leyendo buenos libros enriquecerás tus conocimientos, entonces formarás el hábito de la lectura.

Estos se adquieren mediante pensamientos, palabras y hechos repetidos sobre un determinado aspecto o circunstancia de la vida cotidiana (ver artículos: La palabra tiene poder creador de felicidad y El poder de la palabra cura las enfermedades), y se depositan o gravan en la mente subconsciente o inconciente. Desde aquí se manifiestan en nuestra conducta diaria, como respuesta a estímulos relacionados.

Querido lector, del mismo modo cómo se adquieren los hábitos y las costumbres, podemos cambiarlas tantas veces como sean necesarias, practicando la reingeniería apropiada de pensamiento, palabra y acción; y, con una correcta postura de nuestra mente conciente. Poseemos el poder para hacerlo, pues, nuestro yo verdadero o esencia espiritual tiene el Amor, Sabiduría y Capacidad infinitas del Hijo de Dios, que siempre apunta hacia el Bien y el crecimiento propio y del prójimo.

Amigo lector, es importante que nuestros hábitos y costumbres, nos lleven a desarrollar un buen carácter y personalidad, lo cual nos asegurará un destino lleno de felicidad. Recuerde que el ser humano puede decidir ser feliz ahora mismo y con su Alegría innata construir su felicidad eterna.

 
 
¿Mente sana en cuerpo sano?

Es muy conocido el dicho “mente sana en cuerpo sano” y también su significado de que la mente estará más limpia y pura si el cuerpo está en las mismas condiciones; y, siempre estuvo relacionado a la práctica de cualquier deporte que mantenga el cuerpo en óptimo estado. Casi todos lo repiten, sin embargo, no se experimenta un impacto importante.

Amigo lector, pareciera que lo anterior le otorgara más importancia al cuerpo carnal en lugar de la mente; y como nuestro objetivo como ser humano es el crecimiento continuo, debemos cuestionar con frecuencia algunas creencias que parecen ser ciertas pero en realidad son ilusiones mentales. ¿Cuál es antes y después, el cuerpo carnal ó la mente?

Intentaremos romper algunos paradigmas. Si la mente es el espíritu en vibración, mediante esta vibración crea situaciones, pensamientos, etc., y las proyecta en este mundo físico (mundo de tres dimensiones). El cuerpo carnal es una de sus proyecciones, tal como ocurre cuando a partir de dos células que se unen (óvulo y espermatozoide) empieza a formar los diferentes tejidos y órganos del cuerpo humano durante los tres primeros meses de vida.

Querido lector, si el cuerpo carnal es proyección de nuestra mente subconsciente, el refrán “mente sana en cuerpo sano”, debería modificarse y en su lugar decir “cuerpo sano en mente sana”. Significa que si purificamos nuestra mente subconsciente usando el poder de la mente conciente, nuestra verdadera naturaleza divina, nuestro yo verdadero, nuestra esencia espiritual, se manifestará infaliblemente en conformidad con el grado de purificación y despertar espiritual.

Quizás, esta nueva forma de pensar lleve al hombre a desarrollar con mayor interés su espiritualidad y su proyección en forma de materia sea más perfecta y armoniosa, manifestándose más salud que enfermedad, más prosperidad que pobreza, más felicidad que sufrimiento.

domingo, 14 de noviembre de 2010

COMO FUNCIONA LA MEMORIA


La memoria es un sistema de procesamiento de la información que posee cuatro funciones básicas: 1) Entrada; 2) Retención; 3) Duración; y 4) Recuperación.

Sus características son contradictorias: a veces funciona mejor que una computadora y en otras ocasiones, no puede retener dos números de ocho cifras.

Es posible ilustrarlo con un ejemplo. Retenga el siguiente número de teléfono: 4901 – 0347. Ahora recuerde el segundo: 4795 – 2118. Cierre los ojos y sin mirar intente evocarlos alternativamente. Con seguridad uno de los números se habrá borrado de su mente. La paradoja que encierra el funcionamiento de la memoria de corto plazo es que si nos detenemos para registrar y evitar el olvido, no podemos seguir recibiendo nueva información.

Por ahora retengamos esto: utilizar la fuerza bruta para recordar, funciona en sentido contrario a las necesidades de la comprensión y de la memoria. En cambio, un sistema ecológico como el que proponemos utiliza métodos que optimizan el rendimiento.


Dadme una memoria palanca y moveré el mundo

La memoria puede ser considerada un sistema como el de las computadoras, o bien puede humanizarse si se valoriza en el hombre su capacidad de seleccionar la información y se continúa con su adecuado procesamiento y registro. El archivo humano debe funcionar con principios orientadores como el interés personal y la libertad de elección.

Olvido y memoria son funciones complementarias o competitivas que actúan en un territorio común. A veces el olvido es conveniente para evitar una sobrecarga, y en otras ocasiones, nos impide recordar.

La memoria de “Funes el memorioso” -el personaje del cuento de Borges- era tan brillante que su vida era un tormento. Le faltaban dos elementos esenciales: las capacidades de selección y de olvido, que son las que otorgan al sujeto el espacio de la creación.

La memoria debería funcionar como un imán que atraiga las observaciones pertinentes y las dirija a los sectores con los cuales se relaciona, ya que lo nuevo se aprende a partir de lo viejo.

Si la información y los estímulos se orientan hacia sí mismos, el resultado será el olvido. Por el contrario, si se logra gobernarlos, se incrementará la capacidad del sistema de la memoria para actuar en la vida.

Aprender a percibir, a procesar los datos reteniendo lo que vale la pena, a recuperar la información en el momento oportuno y a olvidar lo innecesario, produce una memoria útil: “la memoria palanca”. Como dijo Freud: “olvidamos solamente cuando queremos olvidar”.

Definición de la memoria

La memoria es la capacidad que tiene el hombre de registrar, almacenar y, en un momento dado, reproducir determinada información. Tiene además dos funciones complementarias y competitivas: la selección y el olvido.

La memoria es una de las condiciones necesarias para el aprendizaje. Éste se produce cuando cambia el contenido de la memoria una vez que el estímulo ha sido expuesto e incorporado.

La información que no se registra objetivamente y no se asocia en forma significativa al contenido previo, no produce resultados, no se registra y, por lo tanto, se olvida rápidamente.

Para poder recordar necesitamos un método. De lo contrario, dependeremos del azar.

Tipos de memoria

Existen variados tipos de memoria: 1. Almacén de memoria sensorial (A.M.S); 2. Memoria de corto plazo (M.C.P); y 3. Memoria a largo plazo (M.L.P), que podemos representar en el siguiente gráfico.

1. Memoria sensorial (MS): es la memoria más fugaz y la que nos permite entender lo que está ocurriendo. La MS graba el instante y lo traslada a la Memoria de Corto Plazo.

Ejemplo: mientras leemos, se retiene una palabra durante el tiempo necesario para comprender la siguiente.

2. Memoria de corto plazo (MCP): en la comprensión del lenguaje, como en las operaciones aritméticas, se necesita un almacenamiento temporal de información.

Esta memoria es como la pizarra mágica y funciona ante cualquier estímulo. Posee las siguientes características: en lo temporal, su duración es cercana al minuto y, en lo cuantitativo, contiene alrededor de 7 dígitos. Es el procesador de la actividad mental. Ejemplo: el mozo de un bar recuerda el pedido hasta el momento en que lo entrega, o el tiempo que recordamos un teléfono que nos acaban de decir es el mínimo necesario antes de anotarlo u olvidarlo.

3. Memoria de largo plazo (MLP): Es el gran depósito de todas las experiencias y conocimientos que se poseen sobre el mundo. No posee límites como la MS o la MCP. Así, para recordar a una nueva persona no necesitamos borrar de la memoria a otra. La MLP funciona como el director del proceso, seleccionando la información que se recibe y distribuyendo los datos hacia zonas específicas. Su mecanismo de entrada es lento, aproximadamente de 5 segundos por cada dígito.

La MLP es una estructura orgánica de conocimientos organizados como una red asociativa. Esta organización le permite predecir o anticipar lo que cree que ocurrirá ante cada situación. De no existir esta función, la multiplicidad de alternativas posibles produciría una parálisis.

La MLP posee una herramienta para resolver una primera paradoja: si se detiene para retener lo que le interesa, no puede ingresar nueva información. Se trata de tener una buena comprensión de lo que percibe. Para ello, debe resolver la segunda paradoja: lo nuevo se aprende con lo viejo. Esto requiere que la máquina de aprender esté bien organizada, lo que le permitirá reducir la incertidumbre y responder a las preguntas formuladas durante la predicción.

El proceso final de incorporar algo nuevo a la MLP es lo que llamamos “aprendizaje”, que consiste en el cambio que se produce en ella cuando añade un nuevo conocimiento.

Resulta fundamental aprender a transferir contenidos de la memoria de MCP a la MLP. Teniendo en cuenta que la primera se borra en un minuto, debemos producir la comunicación entre ambos sistemas. La memoria habitualmente se encarga de su autoorganización con los siguientes aportes que debemos realizar: 1. Interés en lo que estamos observando; 2. Registro multisensorial de la experiencia; 3. Comprender la situación en todo momento; 4. Repasar lo incorporado a las pocas horas repitiendo periódicamente ese procedimiento.