La mente humana y el éxito
De modo simplificado y didáctico representamos a la mente total como un iceberg, en que la parte superior al nivel del mar representa a la mente conciente y es el 5% de todo. Es la mente que piensa y siente las cosas “quiero hacer así”, “qué lindo”, “esto me gusta”.
La mente conciente es la parte que razona, saca conclusiones, es activa y funciona como si fuese un vigilante delante de la puerta que se llama subconsciente, responsable por el 95% del todo. Esta parte, al contrario de la mente conciente, es pasiva y funciona como una grabadora, registrando las impresiones y sugestiones, sean ellas buenas y malas.
Querido lector, en el caso de personas adultas en estado conciente, las sugestiones por ejemplo de las palabras “Usted es Hijo de Dios” son asimiladas por el subconsciente, solamente a través de repetición continua de esas palabras. En el caso de los niños, las sugestiones recibidas por la mente conciente son absorbidas por la mente subconsciente con facilidad, porque tienen una mente dócil.
La mente conciente se encuentra en la vanguardia del mundo psicológico, patrullando en el frente, observando, imaginando, analizando, decidiendo, repudiando y recibiendo. Las impresiones recibidas y las conclusiones afirmadas por el conciente son acumuladas en las capas profundas del subconsciente. Esta las utiliza, silenciosamente, en diversas actividades, inclusive en las actividades fisiológicas del cuerpo humano.
Amigo lector, si usamos correctamente nuestra mente, para reconocer el diseño original de nuestra naturaleza verdadera, de nuestro yo verdadero; entonces, con sabiduría grabaremos en nuestro subconsciente, sólo pensamientos de prosperidad y éxito. Es lo que caracteriza a nuestra esencia.
La mente humana y la felicidad
Los conocimientos modernos del psicoanálisis, nos permiten conocer la estructura básica de la mente del ser humano. Cuando pensamos en esta estructura, lo primero que percibimos es la existencia de la mente conciente (consciencia) y de la mente no conciente (inconsciencia o subconciencia).
La mente no conciente, en un sentido amplio es llamada también mente subconsciente, y su contenido es muy grande.
Amigo lector, si sentimos sed o hambre, evidentemente se trata del trabajo de la mente conciente. Sin embargo, cuando tenemos prisa por llegar a algún lugar, nos apuramos o corremos inconcientemente. La mente no piensa en correr, pero los pies proceden a correr inconcientemente.
Cuando el pianista se acuerda de una melodía, sus dedos automáticamente recorren el teclado y produce el bello sonido de esa melodía. Él no piensa concientemente en tocar esta o aquella tecla, mas, como resultado de largos años de práctica, sus dedos lo hacen inconcientemente. Es claro que no fue así desde el inicio. En el comienzo, él se esforzó concientemente, ejercitando cada dedo para tocar esta o aquella tecla. A medida que se acumularon los años de entrenamiento, esos movimientos quedaron grabados en la mente inconciente, de tal manera que los dedos ya se movieran automáticamente.
Querido lector, esto nos hace pensar que entre la conciencia y la subconciencia, prácticamente no existe interrupción, sino una sucesión, una continuidad. Sin que se perciba, la actividad conciente es grabada en la subconciencia, y el contenido subconsciente puede emerger como conciente.
Entonces, si reconocemos y activamos nuestra esencia espiritual o yo verdadero con la mente que es un instrumento maravilloso, infaliblemente podremos desarrollar nuestra felicidad desde el primer momento.
Cambiar hábitos y costumbres para lograr felicidad
¿De qué manera se adquieren los hábitos y costumbres? ¿Será que los hábitos y costumbres se heredan? ¿Tenemos poder para cambiar los hábitos y costumbres? ¿Cómo influyen los hábitos y costumbres en nuestra felicidad?
Según los estudios recientes sobre el comportamiento humano y ciencia mental, y en base a nuestra experiencia, los hábitos y costumbres son una forma de vida, una determinada forma de pensar, una manera de ver las cosas, una forma de hacer las cosas y por último, es una forma de educar. Por ejemplo, si piensas que leyendo buenos libros enriquecerás tus conocimientos, entonces formarás el hábito de la lectura.
Estos se adquieren mediante pensamientos, palabras y hechos repetidos sobre un determinado aspecto o circunstancia de la vida cotidiana (ver artículos: La palabra tiene poder creador de felicidad y El poder de la palabra cura las enfermedades), y se depositan o gravan en la mente subconsciente o inconciente. Desde aquí se manifiestan en nuestra conducta diaria, como respuesta a estímulos relacionados.
Querido lector, del mismo modo cómo se adquieren los hábitos y las costumbres, podemos cambiarlas tantas veces como sean necesarias, practicando la reingeniería apropiada de pensamiento, palabra y acción; y, con una correcta postura de nuestra mente conciente. Poseemos el poder para hacerlo, pues, nuestro yo verdadero o esencia espiritual tiene el Amor, Sabiduría y Capacidad infinitas del Hijo de Dios, que siempre apunta hacia el Bien y el crecimiento propio y del prójimo.
Amigo lector, es importante que nuestros hábitos y costumbres, nos lleven a desarrollar un buen carácter y personalidad, lo cual nos asegurará un destino lleno de felicidad. Recuerde que el ser humano puede decidir ser feliz ahora mismo y con su Alegría innata construir su felicidad eterna.
¿Mente sana en cuerpo sano?
Es muy conocido el dicho “mente sana en cuerpo sano” y también su significado de que la mente estará más limpia y pura si el cuerpo está en las mismas condiciones; y, siempre estuvo relacionado a la práctica de cualquier deporte que mantenga el cuerpo en óptimo estado. Casi todos lo repiten, sin embargo, no se experimenta un impacto importante.
Amigo lector, pareciera que lo anterior le otorgara más importancia al cuerpo carnal en lugar de la mente; y como nuestro objetivo como ser humano es el crecimiento continuo, debemos cuestionar con frecuencia algunas creencias que parecen ser ciertas pero en realidad son ilusiones mentales. ¿Cuál es antes y después, el cuerpo carnal ó la mente?
Intentaremos romper algunos paradigmas. Si la mente es el espíritu en vibración, mediante esta vibración crea situaciones, pensamientos, etc., y las proyecta en este mundo físico (mundo de tres dimensiones). El cuerpo carnal es una de sus proyecciones, tal como ocurre cuando a partir de dos células que se unen (óvulo y espermatozoide) empieza a formar los diferentes tejidos y órganos del cuerpo humano durante los tres primeros meses de vida.
Querido lector, si el cuerpo carnal es proyección de nuestra mente subconsciente, el refrán “mente sana en cuerpo sano”, debería modificarse y en su lugar decir “cuerpo sano en mente sana”. Significa que si purificamos nuestra mente subconsciente usando el poder de la mente conciente, nuestra verdadera naturaleza divina, nuestro yo verdadero, nuestra esencia espiritual, se manifestará infaliblemente en conformidad con el grado de purificación y despertar espiritual.
Quizás, esta nueva forma de pensar lleve al hombre a desarrollar con mayor interés su espiritualidad y su proyección en forma de materia sea más perfecta y armoniosa, manifestándose más salud que enfermedad, más prosperidad que pobreza, más felicidad que sufrimiento.
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