El Cerebro Aprende por medio de parámetros y periféricos que se encuentran en la terina del cerebro, esta decodifica la información.
El Cerebro Humano es un órgano biológico y social; encargado de todas las funciones y procesos que tienen que ver con el pensamiento, la acción, la intuición, la imaginación, la lúdica, la escritura, la emoción, la conciencia y otra infinidad de procesos cuya plasticidad cerebral le permitirá al cerebro ser un sistema creativo y renovador, encargado de elaborar y reelaborar cosas nuevas a partir de las experiencias que tienen los sujetos con su entorno-físico-social-cultural.
Este tipo de experiencias intelectivas, emotivas y sociales, son las que permiten la posibilidad de enriquecer el Cerebro Humano en toda Su Dimensionalidad, a través de intervenciones pedagógicas pertinentes. En síntesis, el Cerebro Humano es un órgano dotado de habilidades para; pensar, actuar, percibir, aprender, saber y amar.
Desde el punto de Vista Biológico, en el Cerebro Humano existen más de cien mil millones de neuronas (10 a 15 mil millones en la corteza cerebral), las cuales a través de las conexiones existentes entre las dendritas tienen la capacidad de tocar a 10.000 neuronas y a su vez ser tocadas por otras 10.000, sin contar los 1.000 billones de conexiones existentes conocidas como sinapsis, que hacen deducir la imposibilidad de evaluar cualitativa y cuantitativamente a un estudiante.
El feto durante el desarrollo intrauterino, a la cuarta semana comienza la formación del sistema nervioso, el cual aproximadamente al quinto mes ya contiene el número de células nerviosas que constituyen el sistema nervioso. Alrededor de los cinco meses, el tamaño del cerebro es de 5 centímetros. Es de aclarar que todavía es liso en su corteza, pero ha adquirido la configuración fundamental y básica que mantendrá durante todo el desarrollo hasta la muerte (En USA existen universidades intrauterinas).
Recordemos que el peso cerebral del niño al nacer es de 360–370 gramos y se duplica a los nueve meses, alcanzando un peso de 1011 gramos a los dos años y medio, y comparado con el cerebro de un adulto (1500 grs.), nos permite argumentar que es muy poco lo que se puede hacer por desarrollarlo después de dicha edad. En países como Japón el proceso de enseñanza – aprendizaje se focaliza más en los primeros años de la vida de un niño, exigiendo un doctorado para poder enseñar; devengando tres veces más que un profesor universitario. En Colombia por el contrario, la arrogancia intelectual del docente universitario, y las políticas estatales actuales, no permiten dicho proceso, pues los profesores universitarios demeritan las acciones pedagógicas del profesor de secundaria y éstos a su vez la de los profesores de primaria y preescolar. Cabría preguntarse ¿Es más complejo enseñarle a un niño que a un adulto?
Cuando el niño cumple dos meses, comienza la formación de la corteza cerebral y el cerebro del feto tiene un centímetro y medio de largo. De esta forma ya se pueden distinguir los dos hemisferios cerebrales (izquierdo-derecho). El hemisferio derecho, por su capacidad holística de percibir totalidades y no fragmentos como el hemisferio izquierdo, es esencial para comprender el contexto y detectar los diferentes sentidos que tienen las cosas, cuando se requiere “APRENDER A APRENDER”, que en síntesis, no es más que aprender las relaciones existentes entre las cosas. En consecuencia lo que se encuentra descontextualizado y sin sentido no tiene objeto para el cerebro humano: la luz sin la oscuridad no existe, una curva es cóncava pero puede ser convexa al mismo tiempo, una lengua sin su gramática no existe, muchos juegos necesitan de sus reglas etc. Es decir, donde no hay contexto o referente no hay sentido. De esta forma es como el hemisferio derecho actúa encargándose de detectar estas pautas y de percibir globalmente.
Lo anterior, es como una gran paradoja didáctica, que todavía no ha podido entender la pedagogía y por consiguiente los procesos en la escuela se vuelven improductivos por la predominancia de una enseñanza moralista y racionalista; por la ausencia de conocimientos sobre cómo funciona el cerebro humano y mucho menos un proceso cognitivo. “indefectiblemente nos enseñan a no establecer conexiones y a trabajar en forma fragmentada con el cerebro”
Los Psicólogos, Psicoanalistas y Neurólogos actuales, han descubierto la importancia perdurable de los cinco primeros años de vida, pues el 90% del cerebro está desarrollado. Durante esos primeros cinco años uno aprende a alimentarse, a caminar, a controlar los esfínteres urinario y anal, los niños se sienten fascinados con las diferencias sexuales y con la propiedad de las partes del cuerpo, con la fantasía y la imaginación. Durante estos primeros años aprenden a hablar y apropiarse de las reglas de la moralidad y la cultura a través de los juegos protagonizados. Por otra parte las desventajas físicas del niño al nacer, son compensadas con la inmensa ventaja psicológica de nacer en un estado prematuro y de indefensión en el que las capacidades para aprender y jugar se expanden notablemente debido a la alta plasticidad cerebral que tiene (Si se le extrae un hemisferio, el otro recupera las funciones).
En conclusión la utilización de la NEUROPEDAGOGÍA en lo relacionado con las teorías cerebrales de tipo monádico, diádico, triádico o del cerebro total*, permitirán replantear los paradigmas tradicionales actuales a nivel educativo. Estas teorías plantean las siguientes técnicas a nivel didáctico: Mapas cognitivos, mapas emotivos, mapas conceptuales, mapas holoárquicos, uve heurísticas, mandalas, paradojas, técnicas sinéstesicas, de respiración, de relajación, estados alterados de conciencia, experiencias directas, utilización de la fantasía como observador y protagonista, y la utilización de la lúdica como experiencia cultural.
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