Donald Norman
Podríamos pensar que EL DISEÑO ES ALGO INTERESANTE, pero que no nos toca, y por lo tanto cuando vemos un libro sobre el tema dejarlo tranquilamente por otro que nos atraiga más. Sin embargo hay casos… y casos. Pongamos, por ejemplo, que uno se encuentra con uno de Donald Norman que lleva el atractivo título de “LA PSICOLOGÍA DE LOS OBJETOS COTIDIANAS”. Al hojearlo veremos QUE TRATA DE DISEÑO, pero no de casas ni de muebles, ni de floreros, sino de LAS COSAS QUE USAMOS TODOS LOS DÍAS; sí, además, nos tomamos el trabajo de leer algunas partes al azar, es casi seguro que nos llevaremos el libro a casa, a menos que tengamos ideas fijas sobre lo que debemos y no debemos comprar.
Esta situación me pasó a mí, y como no soy de ideas fijas, me lo llevé; y no me arrepiento. Más aún, puedo decir que lo releí varias veces y que espero volver a hacerlo cuando el capricho o la necesidad me obliguen. De lo que trata el libro es sobre todo de los “malos” diseños de los objetos cotidianos, y justamente éstos constituyen el 90% de nuestros problemas para hacerlos funcionar, o para que hagan lo que queremos, que casi siempre es la función más sencilla de todas las que el aparato de marras lleva instaladas.
La impresión más común de la gente, cuando se fracasa o se nos crea un problema inesperado, consiste en pensar que “uno es un manazas”, o que es de “otra época” y que “cualquier niño lo haría mejor”; no niego que podemos estar incluidos en estas categorías residuales, pero lo que nunca pensamos, y es el tema principal del libro, que el diseño es el culpable de todo, y que nosotros somos una víctima más de la conspiración entre malos diseñadores y buenos vendedores.
Como dice el autor: “Cuando estuve con mi familia en Inglaterra, alquilamos una casa amueblada cuyos propietarios estaban fuera. Un día volvió a la casa la dueña de ésta para llevarse unos documentos personales. Fue a donde tenía el archivador y trató de abrir el cajón de arriba. Este no se abría. Tiró de él y lo empujó, lo movió a derecha e izquierda, arriba y abajo, sin éxito. Le ofrecí mi ayuda. Traté de abrir el cajón. Después, manipulé el panel delantero, empujé fuerte y le di un golpe con la palma de la mano. El cajón se abrió. “Vaya” dijo ella, “lo siento. Soy una nulidad para la mecánica”.
Este ejemplo sirve para que Donald Norman, un psicólogo especializado en el tema y además experto en informática, nos informe que la mayoría de LAS COSAS QUE FUNCIONAN MAL POR ESTAR MAL DISEÑADAS NO DESCUBRIMOS SU CAUSA YA QUE NOS ADJUDICAMOS, INMEDIATAMENTE, LA CULPA POR NUESTRA FALTA DE DESTREZA.
Uno no tiene porque ser un experto para manejar interruptores, o para descubrir como el grifo puede dejar salir agua fría, en vez de la caliente que nos achicharra; o no tienen los teléfonos móviles que necesitar un master en manipulación digital para poder usarlos con comodidad. La mayor parte de estos objetos, junto con las lunas de cristal como puertas de entrada que nadie sabe como abrir o cerrar, o los ordenadores que pueden hacer de todo, menos lo que queremos en ese momento, o los circuitos de electricidad que encienden mágicamente lo inesperado, o los cacharros de cocina que a veces parecen relojes atómicos… todo eso está mal diseñado a pesar de que pagamos para que nos den un buen servicio sin tener que convertirnos en mecánicos, técnicos o informáticos; o cualquier otra especialización necesaria para crearlos.
LA LECTURA DEL LIBRO, APARTE DE DARNOS INFORMACIÓN SIEMPRE ÚTIL, nos hace darnos cuenta que nos están tomando el pelo de manera masiva, y que sólo LA NOVEDAD Y EL CAMBIO SIN PAUSA EVITAN QUE LA GENTE SE DE CUENTA QUE PAGA MÁS POR MENOS Y QUE NO SOMOS ESTÚPIDOS SINO QUE NO NOS DAN LA OFERTA NECESARIA PARA PODER ELEGIR LO QUE REALMENTE NOS CONVIENE
Ficha Bibliográfica:
Norman(1988, Donald Norman, "LA PSICOLOGIA DE LOS OBJETOS COTIDIANOS,"Editorial Nerea Madrid,1988, Tit.Orig:The psychology of everyday things, Basic Books, Cubierta: Jacques Carelman, Cafetera para masoquistas
Nota:
El libro es antiguo, pero puede ser conseguido en una librería de viejo o por Internet, donde hay diversas librerías que mantienen fondos ya descatalogados. Aclaro que la información que ofrece es de actualidad, señal que las cosas no sólo no han mejorado sino que han empeorado notablemente.
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