Mirar por encima
del hombro a los menos privilegiados no es una novedad. HASTA LOS ANTIGUOS ROMANOS TENÍAN PREJUICIOS DE CLASE, según la
historiadora Mary Beard.
El desprecio de
los ricos por los menos privilegiados tiene raíces históricas, según la
historiadora Mary Beard, profesora de la Universidad de Cambridge.
En el siguiente
artículo especial para la BBC,
Beard explica por qué los prejuicios de clase no son una
novedad.
EN LA ANTIGUA ROMA, LAS
CLASES BAJAS PODÍAN SER REALMENTE BAJAS
Había bandas de 'BUENOS PARA NADA' y 'VAGABUNDOS' que pasaban toda la noche en bares de mala muerte, ahogando sus
penas en alcohol. Además de hablar sobre
LOS CONDUCTORES DE CUÁDRIGA (el equivalente antiguo de los futbolistas), su
único entretenimiento era armar pelea y apostar.
Se sentaban en las mesas de juego, y hacían ruidos
horribles con sus narices.
Está de más decir que esta imagen sobre la vida de
un pobre en Roma no proviene de los mismos pobres.
FANTASÍAS DE RICOS
Los párrafos de
más arriba citan, casi palabra por palabra, la descripción de las condiciones
sociales en la capital del Imperio Romano que ofreció un historiador pudiente
del siglo IV, Amiano Marcelino.
Para ser justos
con Amiano, también dijo muchas cosas crudas sobre la élite. 'Son esas personas que un
día son demasiado amigables y al próximo ni te reconocen, que gastan demasiado
dinero en comer bien o -para introducir un toque característico de Roma- se
rodean con batallones de sirvientes eunucos'.
Pero esta visión sobre el comportamiento de la
clase baja es el tipo de fantasía que han tenido los ricos desde entonces.
Yo creo que
Amiano nunca pisó un bar corriente cualquiera y nunca pensó en la falta de
lógica de lo que estaba diciendo: si estos personajes realmente eran tan
pobres, ¿acaso cómo podían pagar por lo que consumían toda la noche?
DOBLE MORAL
Y en cuanto a
las apuestas, es el caso clásico de los dobles estándares morales. A LA ÉLITE ROMANA LE GUSTABA APOSTAR.
El emperador Claudio incluso escribió un libro
sobre cómo ganar con los dados y una de las frases más famosas jamás
pronunciadas por un general romano surgió justo en una mesa de apuestas: 'Alea iacta est' o, en español, 'EL DADO ESTÁ ECHADO' O 'LA SUERTE ESTÁ ECHADA', como se cree que dijo
Julio César.
Pero apenas los
pobres mostraban un interés similar por las apuestas, la élite se asustaba y
empezaba a predecir un colapso moral inminente.
En términos
generales, los romanos de clase alta no tenían mucho tiempo para dedicarle a
los pobres, ya fueran libres o esclavos, aunque también les tenían algo de
miedo. Con frecuencia se referían a ellos COMO
UNA 'TURBA' O 'MULTITUD'.
PERO MÁS ALLÁ DE LOS INSULTOS O LOS APODOS QUE USABAN,
LO CIERTO ES QUE LAS FECHORÍAS QUE LOS RICOS ATRIBUÍAN A LOS POBRES DE LA ANTIGUA ROMA se parecen sorprendentemente a las que todavía escuchamos hoy.
Para comenzar,
se culpaba a los pobres de abusar de los
servicios que se les ofrecían, no por parte del estado de bienestar sino por
sus benefactores ricos.
Amiano, por
ejemplo, señaló con disgusto cómo los
pobres pasaban sus días merodeando por los toldos del teatro que se instalaban
para que los asistentes romanos comunes y corrientes pudieran protegerse del
ardiente sol durante las presentaciones al aire libre.
'Aquí',
vociferó, 'hay personas que prácticamente están viviendo bajo los toldos'.
Tal vez no se le
había ocurrido que se trataba de personas que no tenían ningún lugar a donde ir
para refugiarse. Digo: ¿Por qué tendría alguien que pasar su vida
deambulando si tiene una casa a donde llegar?
'PARÁSITOS DE LOS SUBSIDIOS'
El merodeo en
los toldos del teatro no es un gran tema hoy en día. Pero, de todos modos, las
quejas de Amiano tienen mucho en común con las quejas modernas sobre los
'parásitos de los subsidios'.
Mi madre, que
vivió durante la fundación del servicio de salud pública de Reino Unido, el
NHS, se acordaba de cómo en los '40 y '50 la prensa estaba llena de historias
sobre cómo algunas personas estaban poniendo casi de rodillas a la economía de
la nación porque estaban comprando no uno sino dos pares de anteojos del NHS,
además de dos cajas de dientes postizos.
Como señalaba
con frecuencia, ¿para qué podría alguien necesitar dos cajas de dientes? ¿para tener
una de repuesto, por si la primera se pierde?
Algunas
obsesiones más recientes se refieren a los holgazanes inmorales que
aparentemente escogen tener otro bebé para incrementar los subsidios que
reciben del estado.
Supongo que debe
haber algunas personas que sí
intentan esto, pero en todo caso lo que necesitan no es una clase de moral sino
una de matemáticas y economía del hogar.
Pero imaginar
que una gran cantidad de personas transitan por ese camino es una opinión
absurda sobre todo EL PROCESO
REPRODUCTIVO Y DE SUS INCERTIDUMBRES, EL DOLOR, LAS RESPONSABILIDADES Y LOS
GASTOS.
No es algo que
escuche con frecuencia en boca de muchas mujeres.
La otra manera
en que la clase alta tradicionalmente habla de los que son menos afortunados
es, por supuesto, dividiéndolos en los pobres buenos y los pobres malos.
En el siglo XIX
se hablaba de los pobres de 'mérito'
y los de 'poco mérito'. Nuestro equivalente de los de mérito son 'las familias
trabajadoras'.
Los políticos de
todos los partidos mencionan todo el tiempo esta frase en la radio o la
televisión. Es casi como si se les hubiera dicho que nunca pueden decir sólo
'familias', sin su adjetivo acompañante.
Tal vez yo no
soy muy influenciable, pero cada vez que los escucho siento simpatía hacia los
irresponsables, perezosos o -por Dios santísimo- por los solteros que no tienen
familias. ¿Acaso son menos dignos del tiempo de nuestros políticos y de nuestro
cuidado sólo porque no tienen hijos?
Pero hay puntos
más serios que deben ser discutidos.
Para comenzar, no se requiere mucho cálculo político
para ver que si se considera a algunas personas 'de poco mérito', muy pronto se
convertirán en eso. No hay mejor forma de convertir a un niño en un problema
que enviarlo al rincón como castigo.
Pero bueno, con
el riesgo de sonar algo santurrona, también hay una pregunta irritante sobre el
progreso humano. Sería bueno pensar que hemos avanzado un poco desde la época
de Amiano hace más de 1.500 años.
En algunos
casos, por supuesto, lo hemos hecho. Nos podemos considerar afortunados de
saber que los ricos no se rodean de batallones de sirvientes castrados.
¿Pero no
sería también una señal de progreso si tratáramos a todos como personas dignas
de cuidado, más allá de si tienen mérito o son trabajadoras?
Sería bueno
pensar, en otras palabras, que podríamos convertir en prioridad el cuidado de
los antisociales, las personas con sobrepeso, los fumadores y hasta quienes
hacen ruidos horribles con sus narices.
Pero me temo que
no hacemos eso todavía.
¿Y usted qué
opina? ¿Continúan los ricos despreciando a los menos favorecidos? ¿Qué
prejuicios de clase existen en la actualidad? Envíe sus comentarios a través
del siguiente formulario.
Dice algo así Atahuallpa Yupanqui en su payada ¨El Payador Perseguido¨
ResponderEliminar¨cada vez que me acerco a los ricos,
primero vienen los me equivoco y
después llegan los perjudico!¨
http://sintonia2013.blogspot.com
Muy interesante tu artículo. Considero que los prejuicios de clase son inherentes a la especie humana, sería interesante saber cuáles son los prejuicios de los pobres sobre los ricos...
ResponderEliminarPues si. Aqui en Londres hay un cachondeo enorme tanto de los que meten la mano a la saca como de los que quieren pillarles la mano a quienes la meten mientras al mismo tiempo gestionan con el culo.
ResponderEliminarEn la televison dicen que la economia va a mejor. Las ayudas sociales se estan esfumando. Los precios son de locura. los trabajos de bajo nivel de verguenza pagados. Los impuestos un abuso en numero y cantidad. Las castuzas y familas de provilegidos son una plaga. La reina se digna a ser fotografiada entre pales de lingotes de oro.
Que mas? Hay que adaptarse a la jungla de cemento.
Lo de abusar del sistema de salud no tiene nombre. en espania tambien lo he visto en la ultima decada y media.
Ahora aqui en Londres lleva casi dos semanas sino mas coger cita con un GP seas adulto o ninio. La ultima vez que lleve a mi hijo a un GP por un "ligero
2 ataque de asma me dicen que si llamo a una ambulancia me cobran mas de £300 y mientras tanto otros rodeado de oro.
Definitivamente algo o mucho esta mal. Todo es relativo. Quien lo hace peor?